Soy autista, siempre lo he sido, siempre lo seré. Mi madre no es autista, nunca lo ha sido, nunca lo será y, aunque no es neurotípica, su neurotipo (tipo de procesador cerebral) es diferente al mío. Esto hace que ni ella me haya comprendido a mí ni yo la haya comprendido a ella, nunca, no a un nivel profundo al menos.

Entiendo el dolor que supone que este vínculo, que en otros casos se da casi de forma espontánea, sólo por el amor, los cuidados y la convivencia entre una madre y su hija (o cualquier otra situación análoga), sea prácticamente imposible si estas dos personas no comparten el mismo tipo de cerebro. No me malinterpretéis, no es que no se pueda crear un vínculo especial entre dos personas de distinto neurotipo, es que es más difícil y, además, no puede ser igual que el de dos personas que comparten neurotipo así que deben reinventar cómo crear y mantener ese vínculo. Pero no quiero dispersarme.

boy-477013_1920

Cuando yo era pequeña no era habitual el diagnóstico de asperger ni autismo, menos todavía en niñas. Eso no impidió que se me viera como rara, que fuera menos difícil para mí comunicar mis confusos sentimientos, que sintiera menos dolor por la incomprensión que me rodeaba. Por ello quiero escribir esta carta, quiero escribir mis necesidades infantiles ahora que sé expresarlas con más claridad. Para mi madre es algo tarde, pero tal vez otras personas alistas (no autistas) con hijes autistas puedan leer mis palabras y entender, aunque sea un poco, a sus hijes autistas*.

Hola mamá,

Sé que te sientes triste cuando me molestan tus caricias, tus abrazos y tus besos. Aunque para ti sea difícil de entender, para mí es como si me arañaras con agujas y me apretaras hasta la asfixia. El dolor me produce ansiedad y yo no sé qué es la ansiedad. La ansiedad me asusta y reacciono con brusquedad. Si encima te enfadas conmigo, o pones una cara seria, o me chillas, siento que te he decepcionado por no aguantar ese dolor. Así que aprenderé a aguantarme, a sufrir por dentro para hacerte feliz y, aún así, no te veo tanto sonreír como a mí me gustaría.

Hay veces que mi sensibilidad, en vez de hacerme daño, me proporciona felicidad y placer. Si cuando eso me pasa quiero abrazarte, besarte, hablarte y estar contigo, no me eches de tu lado, me rompes el corazón. Sé que es egoísta, pero no es algo que yo elija. Cuando sea mayor, gracias a mucha terapia y amor propio, sabré que no debería pedirte perdón por ello, por ser como soy, pero mi yo infantil siente que debe pedirte perdón por todo, hasta por haber nacido así, diferente a ti y más parecida a papá. Ni él ni yo sabemos demostrar nuestro amor como a ti te gustaría, pero igual que yo he aprendido a hacer ciertas cosas por ti, seguro que tú podrías aprender mi idioma y entender mi forma de quererte, aunque a veces sólo lo demuestre queriendo estar en la misma habitación que tú, sin prestarte atención pero sintiendo tu reconfortante presencia.

narrative-794978_1920

No quiero que me obligues a hacer cosas que no quiero a hacer. No quiero tener que reunirme con un montón de gente desconocida y ruidosa. No quiero que me prohíbas leer, escribir, dibujar o pintar. No quiero que me obligues a hablar cuando no puedo hacerlo, cuando sólo me salen lágrimas. No quiero que rompas las cartas que te escribo o los dibujos que te hago para pedirte disculpas por algo que no comprendo que está mal, es todo lo que tengo para comunicarme contigo de verdad. Mis manos saben expresar mucho mejor que mis labios lo que mi corazón quiere decirte. No pienses que por no mirarte a los ojos te miento o no te escucho, no me obligues a mirarte cuando me hablas. No me sobrecargues de tareas que no me satisfacen, necesito tiempo para jugar, para aburrirme, para explorar mis sentidos, mucho más sensibles que los tuyos, para descubrir el mundo y descubrir quién soy.

Gracias por cortar las etiquetas de la ropa, por prepararme sólo la comida que me gusta, por dejarme espacio para jugar y aprender a mi manera, por no permitir que otras personas abusen de mí. Gracias por la libertad que me has brindado para ser yo misma. Gracias por los ratos de silencio, por darme todos los ponis de juguete que podías, todos los libros, todas las canicas. 

Me gusta cuando eres feliz, cuando sonríes. Eso me hace feliz a mí, me hace sentirme tranquila. Cuando te preocupas demasiado yo también lo hago y entonces me bloqueo porque todavía no he aprendido a resolver cierto tipo de problemas (aunque los puzles se me dan genial). 

toy-791265

Por favor mamá, no abuses del poder que tienes sobre mí, no me gastes bromas, no pienses que mis rabietas son divertidas, que mi frustración es exagerada. No abuses de mi ingenuidad, ni de mi obediencia, ni de mi indefensión. Enséñame a ser fuerte, enséñame a defenderme, enséñame a ser valiente, independiente, autónoma. Enséñame que está bien ser como soy, que no hay nada que deba cambiar de mí para ser válida, para que se me considere una persona completa. Enséñame a crecer, no a anularme y reprimirme.

Sé que es difícil, sé que tienes miedo, sé que tú me trajiste al mundo, pero no me conviertas en una prisionera, no me traslades tus miedos y tu ansiedad. Tengo derecho a cometer errores, igual que tú. Tengo derecho a vivir una vida que merezca ser vivida, y sólo yo puedo decidir cómo quiero que sea esa vida. Ayúdame a conseguirlo. Quiéreme, a pesar de todo, y quiéreme a mí, tal como soy y no por lo que pueda llegar a ser o por lo que pueda hacer por ti. Y no olvides sonreír, pero de verdad.

No sé si esto ayudará a alguien. Debo reconocer que me he saltado muchas cosas truculentas porque no estoy preparada para expresarlas ni para hacerlas públicas, y porque quería que esta entrada fuera, en definitiva, una entrada positiva. Me despido hasta la próxima, gracias por leerme.

smile-1510181

*Cada persona autista es diferente, no he querido decir que como yo soy autista conozco los entresijos de todas las necesidades del resto de personas dentro del espectro. No, en absoluto. Sin embargo, sí que creo que mi experiencia personal, única e intransferible, puede cambiar la percepción que se tiene del autismo en general y, por tanto, que las madres y padres alistas puedan entender mejor a sus hijes autistas. (Uff, no sé si me he explicado bien).